jueves, 13 de mayo de 2010


LA IMPORTANCIA DE LA MOTIVACION EN EL APRENDIZAJE

La falta de motivación es señalada como una de las causas primeras del deterioro y uno de los problemas más graves del aprendizaje, sobre todo en educación formal. Numerosas investigaciones realizadas han mostrado la importancia de la motivación en el aprendizaje, sin motivación no hay aprendizaje (Huertas, 1997; Pozo, 1999; Míguez, 2001).
Los teóricos del aprendizaje y los profesores estamos de acuerdo en que los estudiantes motivados aprenden con mayor rapidez, y más eficazmente, que los estudiantes que no están motivados. La motivación debe ser considerada tanto al inicio como durante el desarrollo de los cursos, la falta de consideración de la motivación intrínseca sostenida puede convertirse en un obstáculo para el buen desarrollo de la acción didáctica, es imprescindible motivar a quién quiere aprender.
En los contextos educativos se distingue entre individuos con orientaciones intrínsecas cuando su aproximación a la tarea se centra en el aprendizaje; y aquellos con orientaciones extrínsecas cuando se fijan en el resultado material, en la nota que pueden obtener.
Dweck y Elliot (citado en Huertas, 1997) han desarrollado un modelo que describe los distintos tipos de metas de los estudiantes, con patrones motivacionales diferentes, lo que influye en su actuación académica. Hay estudiantes orientados netamente hacia el aprendizaje, motivación claramente intrínseca. En cambio están los orientados hacia metas de ejecución, buscando resultados concretos y beneficios tangibles. Su preocupación se focaliza en el valor instrumental de la tarea concreta, se buscan juicios positivos o se tiene miedo al fracaso.
En este sentido, aquellos estudiantes que centran su interés principalmente en factores externos pueden ver socavada su creatividad, característica generalmente mencionada en los perfiles de los egresados de las instituciones de educación superior. Sin embargo este énfasis en motivos externos puede llevar a inhibir la creatividad. Se han identificado (Dadamia, 2001; Cerda, 2000) algunos de los obstáculos o inhibidores de la creatividad en las actividades académicas, entre ellos:
Excesiva búsqueda del éxito, donde la atención del estudiante se polariza hacia las calificaciones y los reconocimientos externos.
Miedo a desviarse de una conducta tipo, a hacer el ridículo, miedo al error, a salirse de la comodidad de ser "uno más" en la masa de estudiantes, no teniendo que realizar esfuerzos para destacarse.
Prohibición de hacer preguntas, bloquea su sentido crítico.
Conformismo, someterse a la disciplina, a normas estrictas e inamovibles.
Trabajo contrarreloj, la presión del tiempo favorece el estudio memorístico y sin elaboración personal, anulando un aprendizaje real, creativo e inteligente.
Educación excesivamente autoritaria, afán desmedido en la búsqueda de "la verdad".
Confianza excesiva en la razón y la lógica; rigidez de pensamiento, dificultad para cambiar de sistema.
Dificultad para aislar el problema y para investigar lo obvio.

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